Cuenta la leyenda que había una vez un dragón que atacaba al reino donde vivía en algún lugar de Europa, pues la leyenda es común en Inglaterra, Portugal, Grecia y muchos otros que se la atribuyen como propia y tal como decimos, la leyenda cuenta la historia del dragón que de forma continua tenía sometidos a todos los ciudadanos del reino que veían como de forma sistemática el dragón devoraba cada día a uno de ellos para satisfacer su hambre.
En la ciudad, sus habitantes decidieron entregarle dos corderos diarios para evitar que les siguiera devorando a ellos, pero cuando los corderos empezaron a escasear tuvieron que tomar decisiones más drásticas, por lo que empezaron a entregarle a una persona escogida por sorteo entre los habitantes del poblado que veían con estupor como disminuían sus habitantes.
A partir de aquí existen dos versiones de como continuó, una de ellas cuenta que un buen día, los habitantes del poblado, hartos de ver la situación tan injusta que excluía del sorteo a los miembros de la familia real decidieron que fuera la propia hija del rey, la princesa quien debía ser sacrificada por el dragón y la segunda versión dice que fue la princesa quien salió elegida en el sorteo para ser devorada. Sea cual sea la versión, el hecho es que la princesa iba a ser la siguiente víctima de las fauces del dragón.
Salió la princesa camino de la cueva del dragón, como era costumbre entre los elegidos de partir hacia su muerte, y se encontró de repente con un caballero a lomos de un bonito caballo blanco, quien al ver a la dama acercándose sin remedio a una muerte segura a cargo del dragón, se lanzó rápidamente sobre este último clavándole su espada en el cuello terminando de una vez por todas con el sacrificio y terror al que sometió al poblado durante años.
El rey ofreció riquezas y tesoros al caballero Jorge en recompensa por la hazaña, pero él quiso que fueran repartidas entre sus habitantes, quienes construyeron una iglesia en su nombre.
De la sangre del dragón nació un bonito rosal del que brotó una preciosa rosa roja que el caballero entregó a la princesa sin dudarlo, y es aquí donde nace la tradición de nuestros días de entregar una rosa roja el día 23 de Abril a “nuestra princesa”, la cual a nosotros a cambio nos regala un libro recordando el fallecimiento de Cervantes y Shakespeare que coincidieron en la misma fecha, son las rosas Sant Jordi.
En Cataluña, regalar la Rosa de Sant Jordi es una costumbre que está muy arraigada y se celebra de forma multitudinaria hasta tal punto que se ha trasladado al resto de la geografía nacional y en este día se hace un gran reparto de la Rosa Sant Jordi a domicilio por todo el territorio español.
En Telerosa preparamos la campaña con antelación para poder repartir las Flores Sant Jordi y hacer frente a la gran demanda de rosas rojas el 23 de Abril, día de Sant Jordi para poder satisfacer las necesidades de Rosas de Sant Jordi de nuestros clientes en esta fecha tan especial para cualquier localidad donde se encuentre la persona receptora.
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