Se sabe que los primeros usos del ser humano en emplear flores provienen de la época prehistórica, concretamente el Paleolítico, donde eran utilizadas presuntamente en rituales mortuorios de enterramiento, según se desprende del estudio de fósiles encontrados en distintas cuevas.
Posteriormente, se conoce también la costumbre de regalar flores desde hace siglos en Oriente, donde era habitual su empleo para transmitir los sentimientos a una persona, de tal manera que si eras el afortunado receptor o receptora de un ramo de flores lo podías interpretar como signo de interés de la otra persona hacia ti, además conocían perfectamente el significado que tenían todas las flores.
Esta costumbre se ha arraigado a lo largo de los siglos en distintas culturas, ya los romanos celebraban durante el mes de mayo una fiesta floral dedicada a la diosa Flora. También eran empleadas por egipcios, griegos y chinos, a veces para evitar los malos olores, otras para adornar estancias, para el embellecimiento personal como complemento al vestido, aunque la época de mayor auge en la cultura de las flores fue el Romanticismo, que era cuando los amantes las empleaban para comunicarse mediante el significado de cada tipo de flor, su color, el ramo empleado y una serie de matices que abarcaban un amplio lenguaje que se transmitía de generación en generación como un valioso tesoro familiar.
Aunque son perecederas, las flores son un regalo que no se olvida, hacen que recordemos muy bien quien nos las regaló y que tipo de flores empleó, es un regalo que viene bien en casi cualquier situación pues tienen su propio lenguaje en función de su color y el tipo de flor empleada, tal como explicamos en nuestro artículo “El significado del color de las rosas”.
Por regla general la forma más adecuada de entregar flores a una mujer es regalándole un ramo, y si es un hombre, una flor.
Se regalan flores de floristería por agradecimiento a una persona, en el día 14 de Febrero, San Valentín día de los enamorados, en el Día de la Madre, en el día de Sant Jordi, cuando algún amigo o familiar nos recibe en su casa para cenar, como agradecimiento por la invitación, en cumpleaños y aniversarios, en las bodas de oro o plata, en homenajes por jubilación, como logro de un objetivo empresarial, como premios en competiciones deportivas y en un sinfín de ocasiones que surgen a diario.
Las flores poseen un lenguaje universal y siempre son bien recibidas, aunque existen excepciones: nunca debemos regalar un ramo con 4 flores a un japonés, pues ese es el número de la mala suerte en ese país, tampoco debemos enviar flores blancas y amarillas a los orientales, pues no están bien vistas por ellos, también hay que evitar el número 13 en un ramo por la superstición, en Rusia nunca se regalan ramos en número par, el clavel en China se emplea para petición de matrimonio, o sea que mejor estar preparados.
España no es un país de mucha tradición en regalar flores, de media se emplean unos 20 euros/persona, lejos de los 35 euros de media en Europa o de los holandeses, productores y consumidores de un alto porcentaje de todas las flores del mundo.
Cuando más flores se suelen regalar en nuestro país es en el día de la Madre, San Valentín, todos los Santos en homenaje a los difuntos y en el día de Sant Jordi en Cataluña.
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En una de sus citas Confucio dijo: ¿Me preguntas por qué compro arroz y flores? Compro arroz para vivir y flores para tener algo por lo que vivir.