Hoy queremos hablaros de las astromelias, unas flores exóticas originarias de Sudamérica que despiden un vivo color entre las caprichosas formas de sus pétalos. Intensos matices rosáceos, violáceos y lavandas se alternan con marcas alargadas de tonalidades más oscuras. Apenas seis pétalos rodean la corola de esta flor, reina de la belleza vegetal.
El descubrimiento del lirio de los incas
Las astromelias nacen en las estribaciones rocosas de los Andes, donde estas plantas se desarrollan gracias al clima fresco, húmedo y montañoso que las rodea. Por esta razón, son oriundas de Perú y Chile, lugares en los que se conoce como lirio de los incas o lirio del campo, mientras que en Europa recibe el nombre de lirio de Perú.
Sin embargo, las astromelias no pertenecen a la familia de los lirios, pese a que su forma recuerde a una versión miniaturizada de estos. El origen de su nombre hay que encontrarlo en Suecia, país donde nació el botánico Claus Von Astroemer, quien viajó a Sudamérica y se encargó de la recolección de estas flores y plantas. En su honor, el naturalista Carlos Linneo bautizó a este género floral con el nombre de su amigo.
Conociendo una obra de arte natural
Actualmente, existe una gran variedad de estas flores y plantas, alrededor de cincuenta tipos, por ejemplo: Alstroemeria Aurea, Alstroemeria Ligtu, Alstroemeria Patagónica, Alstroemeria Pelegrina, etc. Cada una tiene su propio color, fisonomía y fragancia, aunque todas poseen ciertas características conjuntas.
Las astromelias son un género de planta perenne, cuyos tallos miden de 50 a 90 centímetros. Tiene pocas hojas lanceoladas y terminaciones de 2 a 10 flores, cada una provista de seis pétalos.
La gama de matices más abundante es el blanco, el amarillo y el naranja, si bien, gracias al incremento del cultivo y a las hibridaciones realizadas, se pueden hallar casi de cualquier tonalidad.
Cultivo y cuidado de la astromelia
Las plantaciones de astromelias requieren imitar el clima originario de éstas, es decir, el ambiente fresco, húmedo y soleado de las montañas andinas. Su cultivo en el clima mediterráneo es muy sencillo, gracias a que dichas plantas resisten las bajas temperaturas y las fuertes heladas. Los inviernos, prácticamente, no intimidan a esta lozana especie vegetal.
La floración de la astromelia comienza en marzo y puede alargarse hasta el mes de junio. Para facilitar el proceso y asegurar el crecimiento ideal de la planta, hay que seguir ciertos pasos durante el cultivo y el cuidado de la flor.
Veamos los más importantes:
- En cuanto al riego, estas plantas requieren una cantidad de agua regular, dos o tres veces a la semana.
- Las astromelias pueden colocarse a pleno sol, siempre y cuando las temperaturas no sean particularmente altas, en cuyo caso, hay que situarlas a media sombra para su correcto crecimiento.
- Lo ideal es que su plantación se adecúe a suelos profundos y fértiles.
- En temperaturas extremas, es recomendable usar una capa de cobertura vegetal protectora para evitar daños
Las astromelias son muy utilizadas como flor cortada, pero también se puede hacer uso de ellas para crear robustos setos, que resistan el frío invernal y engalanen el patio o el jardín.
Colorido y fortaleza en un ramo de astromelias
La astromelia es una flor con la que poder diseñar obras de arte. La conjunción de los matices de sus pétalos, tan singulares y exóticos, y la variedad de los ejemplares que existen en la actualidad, permiten la creación de ramos de belleza insólita.
Además de bonita, la astromelia es una planta con muchos significados, puesto que evoca fortuna, prosperidad y buena salud. Su aparente fragilidad no está exenta de una fuerza innata para resistir los climas más fríos.
En resumen, una flor pequeña, pero de gran renombre, que use donde se use, hechizará con un encanto muy personal.